martes, octubre 04, 2005

Esta conciencia mia...

La razón de ser vegetariano.
Nunca he entendido a las personas que son vegetarianas. Prefieren una ensalada de lechuga, tomates, cebollas y pimentón a un jugoso bisteck bien cocinado, unas chuleticas de cochino bien carnositas o un irresistible corazón de lomito.
Mucho se dice de la carne y sus consecuencias pero definitivamente si los humanos tenemos dientes para comer de todo, pues, usémoslos, bien si tenemos esos dientes es porque nuestro estómago resiste todo lo que mastiquemos con ellos (epa, siendo objetivos, pilas!). La cosa es no abusar, porque igual, si me mando media tonelada de lechuga en una sentada o me la vivo comiendo eso solamente, o me la pasaría bien agüevoniao como burro con sueño o la diarrea que me daría sería bella. El asunto es el abuso.
Anoche me fui a comer unas costillitas (que no se por que razón nunca me imaginé que fueran de cochino, siempre las imaginé de vaca, lo que come uno sin saber) y en un momento, cuando comencé a chuparme los huesitos, me percaté que si, realmente eran huesos, huesos de algún ser vivo que fue criado en cautiverio, quién quizás nunca vio la luz del día, que no pudo correr libre por el campo, revolcarse en el lodo de una laguna lejos del mundo, conseguirse novia, tener crios, comer cuanta cosa se encontrara y poder elegir seguirlo comiendo si le gustaba.
Empecé a imaginar luego a todos esos animales que nacen por nosotros y para nosotros, los cuales engordamos y cuando están como queremos, le hacemos lo que la bruja aquella de Hansel y Gretel no pudo hacer con ellos.
Imaginé pollos, gallinas, conejos, vacas, pavos, patos, cochinos, avestruces, truchas y todo cuanto animal de producción masiva nos comemos.
Colocando los huesitos en el plato los iba mirando y pensaba, esto sentirá un león si viera unas costillas y dijera: "este Leonardo Arismendi si estaba sabroso, que molleja! vergación!".
Fue cuando caí en la vida real y me dije: "Mijo!, somos seres vivos omnívoros, comemos todo lo que se nos atraviese, tal cual un oso u otro animal de esos, las vacas se comen a las plantas y nadie llora por eso, todos los días algún carnívoro se come a otro ser y Dios anda feliz porque así lo quiso él al crear tanta diversidad, así que lo que soy yo, me sigo comiendo éstas costillitas de cochino porque lo que están buenas...es verga!!!